lunes, 2 de septiembre de 2013

...voy a contarte un cuento




 
 
    El verano está llegando a su fin.....        THE END
Como cuando acaba una película y nos levantamos del sillón para continuar con nuestras actividades o para empezar algo que ya teníamos pensado o medio planeado.

Y empiezan a escucharse esas conversaciones sobre lo deprimente que es volver al trabajo, quizás por ese jefe al que no soportas, algún compañero que no es nada compañero o el propio trabajo que realizas que no te llena para nada.
Y seguramente estarás en lo cierto, pero voy a contarte un cuento:
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                Tres albañiles estaban desempeñando la misma tarea,
                    cuando un hombre que desde hacia rato los observaba, se acercó a ellos.
               El hombre le preguntó al primer albañil:
               -¿Qué está usted haciendo?
               A lo que el albañil respondió:
               -¿Acaso no lo ve? !Estoy apilando ladrillos!
               Y continuó con su trabajo, después de hacer un gesto molesto, debido a que   
                consideraba que el hombre le había hecho una pregunta tonta y de respuesta obvia.
               El hombre repitió la misma respuesta al segundo albañil. La respuesta no se hizo esperar:
               -¿No ve que estoy levantando una pared?
               Perseverante, el hombre, volvió a formular la pregunta al tercer albañil quien   
               también respondió al particular interrogatorio con una sonrisa llena de orgullo, diciendo:
              -!Estoy construyendo el hospital infantil del pueblo!
 
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Y también se escuchan a padres nerviosos gritando a sus hijos que no se escapen o que se estén quietos, y comentar las ganas que tienen de que empiece el colegio.
Y seguramente estarán en lo cierto, pero voy a contarte un cuento:
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             Un hermoso día en un parque,
            un joven papá empujaba el cochecito en el que lloraba su hijo.
            Mientras el papá llevaba a su niño por los senderos del parque,
            iba murmurando bajito y suave:
            - Tranquilo, Ronaldo. Mantén la calma, Ronaldo. Está bien, Ronaldo. Relájate Ronaldo.
            Todo irá bien, Ronaldo, ya verás.
            Una mujer que pasaba por allí, se dirigió al joven papá y le dijo:
            - Usted realmente sabe cómo hablarle a un niño alterado...con calma y con suavidad.   
            Realmente es admirable.
            La mujer se inclinó hacia el niño que estaba en el cochecito y le dijo tiernamente:
            -¿Cuál es el problema Ronaldo?
            Entonces el papá dijo rápidamente:
           -!Oh, no señora...Él es Enrique, Ronaldo soy yo!
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Y se escuchan a amigos que retoman su plan para que aquello que empezaron siga adelante. Alguno de ellos ya no lo ve tan claro, otro no quiere rendirse aunque lo ve difícil.
Y seguramente cualquiera de ellos estará en lo cierto, pero voy a contarte un cuento:
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            Dice una historia que dos ranas cayeron en un enorme cubo de nata en una lechería.
            Una le dijo a la otra:
            - Es mejor que nos demos por vencidas, estamos perdidas.
              No podremos salir de aquí.
            - Sigue nadando -le dijo su compañera-
              Conseguiremos salir de alguna forma.
            - Es inútil -chilló la otra-
              Es demasiado espeso para nadar, demasiado blando para saltar,
              y demasiado resbaladizo para arrastrarse.
             Ya que de todas formas voy a morir, es mejor que sea ahora.
           Y dejándose caer, murió ahogada.
           Su amiga, en cambio, siguió moviéndose intentando nadar, sin rendirse.
          Cuando se hizo de día se halló encima de un bloque de mantequilla
          que ella misma había batido.
          Y allí se quedó, sonriente un buen rato,
          mientras se comía las moscas que llegaban en bandadas en todas las direcciones.
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Y también se escuchan anécdotas vividas, reencuentros con amigos, relatos alegres de sitios que has conocido o de ese lugar al que acudes cada verano que te ha sorprendido agradablemente este año. Momentos que te han aportado tranquilidad, o alegría, o apoyo y compañía, e incluso instantes que te han maravillado del paisaje que te rodeaba, y que has intentado captar con tu cámara de fotos.

Primavera, Verano, Otoño o Invierno, todas son épocas que vamos viviendo, que llenan nuestra vida de momentos !que valen la pena!
..........................................................voy a contarte un cuento:
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Había una vez un hombre que peregrinaba por el mundo
fijándose en aquello que veía.
      Un día llegó al pueblo de Kammir. Antes de entrar en él vio un caminito que le llamó la atención por el hecho de que estaba cubierto de árboles y flores.
         Cogió aquel desvío y llegó a una valla de madera que tenía una puerta de bronce entreabierta, como invitándole a entrar.
     El hombre traspasó el umbral y empezó a andar lentamente entre unas piedras blancas que    estaban distribuidas entere los árboles como por azar. Era el cementerio del pueblo.
Se agachó para mirar una inscripción y leyó:
     Abdul Tareg vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días.
      El hombre sintió pena por el niño  muerto tan joven y, con curiosidad,
   fue leyendo las lápidas de alrededor. Cual fue su sorpresa,
al darse cuenta de que la persona
que había vivido mas tiempo de las que allí estaban enterradas,
solo había vivido once años. Terriblemente abatido se sentó a la salida del cementerio y
mientras reflexionaba sobre qué extraño suceso o desgracia podía haber sido
la causa de la muerte de tantos niños,
     un viejo se dirigió hacia él preguntándole qué le pasaba.
 El peregrino le hizo la pregunta que lo inquietaba:
-¿Qué pasó en este pueblo?
 ¿Por qué tantos niños estaban enterrados en ese lugar?
 ¿Cuál es la terrible maldición que habéis sufrido?
- Serénese buen hombre –dijo el viejo- no existe tal maldición.
      Lo que sucede es que en nuestra comunidad,
cuando un joven cumple quince años,
  sus padres le regalan una libreta que yo llevo colgada.
A partir de esa edad, cada vez que uno goza intensamente de alguna cosa, vive un momento especial o intenso, siente amor,
     paz o felicidad, anota en el cuaderno esta vivencia indicando lo que siente y
    cuánto tiempo dura. Así lo vamos haciendo todos y, cuando morimos, se suma el tiempo vivido   con plenitud de sentido y conciencia por esta persona y se anota en su lápida.
Este es, amigo mio, el único y verdadero tiempo vivido.
 

 

 

 

 
 



 
 
 
 

1 comentario:

  1. Gracias por compartir estos cuentos, Mar! Los cuentos, los relatos, las historias... tiene el poder de hacer llegar los mensajes directamente al corazón.

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